Es posible que te hayan dicho que es una buena opción. Seguro que alguna vez has estado a punto o has caído en la tentación. Pero no, no les pidas a tus empleados que traduzcan. Seguro que alguna vez te has visto en la situación de tener que traducir un correo electrónico, material formativo, una factura o una carta a un cliente, proveedor, o compañero que no hablaba tu idioma.
Sin embargo, aunque en algún momento necesites enviar rápidamente un correo electrónico en otro idioma y pueda parecerte una buena idea hacer uso de las habilidades lingüísticas de alguien de tu empresa, hacer que un empleado al azar traduzca esos documentos no es una buena idea. De hecho, es más probable que sea peor el remedio que la enfermedad.
No les pidas a tus empleados que traduzcan
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1) Saber dos idiomas NO te hace traductor
Lo mismo que tener diez manos no te convierte en pianista, ni saber escribir en escritor de un best-seller, el hecho de saber dos idiomas no te convierte en traductor.
Esa persona «bilingüe» puede ser muy buena en el trabajo que desempeñe de normal. Sin embargo, esto no significa que pueda traducir correctamente todo lo que se le presente, especialmente si se trata de un documento especializado (como podría ser un contrato).
Traducir no es intercambiar la palabra A en un idioma por la palabra B en otro idioma, Implica reescribir y transmitir el mensaje en otro idioma. Y para ello se necesitan años de práctica para hacerlo correctamente y de manera efectiva.
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2) Les quita tiempo y afecta a su productividad
Es cierto que conseguir que uno de tus empleados traduzca lo que necesites tiene una ventaja: ya forma parte de la empresa y probablemente tenga conocimientos básicos sobre lo que necesitas traducir.
Sin embargo, aunque sepa mucho sobre ese tema, la traducción requiere unas técnicas concretas. Al final no deja de ser una reescritura del texto en un idioma diferente al original. Si a ello le sumamos el tiempo adicional que necesita para revisar su propia traducción, cotejar que todo es correcto y corregirlo, se vuelve contraproducente. Por ello, no es aconsejable pedirle a un empleado que traduzca tus documentos.
Además, esa persona puede sentir la presión del plazo impuesto para entregar la traducción junto a su trabajo habitual y es posible que se apresure demasiado para tenerlo a tiempo. Todo esto aumenta el riesgo de cometer errores que acabarán causando problemas más adelante.
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3) Si algo sale mal, tardarás más en solucionarlo
Puedes pensar que ahorras tiempo encargándole una traducción a un empleado en lugar de contratar a un traductor profesional. Hasta puedes creer que es más barato conseguir que el empleado traduzca y luego subcontratar la revisión. ¡Una pieza de tarta!*
Si la traducción ha sido hecha por un hablante no nativo o ha sido traducida muy literal, hay varias opciones. Es posible que no tenga mucho sentido y no sirva, o incluso que haya escogido una palabra correctamente, haya cambiado el tono del mensaje y su destinatario esté algo molesto. El problema es que lleva mucho tiempo corregir estos errores, identificar los problemas generados y volver a traducir ciertas partes. Al menos, mucho más de lo que le llevaría a un traductor profesional hacer su trabajo en primer lugar.
Para obtener mejores resultados, vale la pena subcontratar el trabajo a un traductor profesional desde el principio y dejar que empiece de cero. Vale, es cierto que podrías perder algo de tiempo buscando a alguien, informándole sobre tu empresa y dándole información sobre el documento. Pero no te preocupes, porque si contratas a un traductor profesional, recibirás lo que estabas buscando y habrá valido la pena esa pequeña inversión.
Conclusión
Estos son apenas tres ejemplos con los que queremos convencerte para que veas que no es una idea. Hazte un favor y no les pidas a tus empleados que traduzcan. Tu empresa es muy importante, no te le juegues. Contrata a profesionales reputados y con experiencia. Si necesitas traducir algún documento, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Te dejamos varios enlaces por si quieres saber más sobre nosotros, sobre otros servicios que ofrecemos o si quieres echarle un vistazo a nuestro perfil de LinkedIn.
Nunca olvides este lema: «El precio se olvida, la calidad no».
*En la próxima entrada hablaremos de los problemas que surgen al usar traducción automática.
Hola! Soy estudiante de traducción de español y francés a inglés en la Universidad Heriot-Watt de Edinburgh y me ha gustado mucho tu post. Es interesante leer este y otros post para futuros profesionales. Gracias por la información!
Estimado Christian:
¡Muchas gracias por tu comentario! Seguiremos publicando otros artículos que consideremos que pueden ser útiles.
¡Ánimo con los estudios!
Un saludo.